miércoles, 2 de diciembre de 2015

Kéfir, fuente de salud

El kéfir (yogur búlgaro, yogur de pajaritos en Chile ) es un producto fermentado mediante hongos y bacterias procedente de la región del Cáucaso.
El Kéfir,  es un alimento con innumerables propiedades valiosas para nuestro organismo y se consigue tras un proceso de fermentación de la leche, el agua o el té.



En el proceso intervienen varias bacterias, sin embargo a diferencia del yogurt, la fermentación, se logra mediante una reacción lacto-alcohólica (la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico y se produce anhídrido carbónico y alcohol en una proporción inferior al 1%), mientras que la del yogur es sólo láctica (sólo se transforma la lactosa en ácido láctico).

En este primer artículo sobre el Kéfir hablaremos de sus beneficios y propiedades. En próximos artículos trataremos de las diferentes formas de elaborarlo en casa.

Al kéfir se le reconoce su poder desintoxicante, regenerador de la flora intestinal benéfica y estimulante de las defensas naturales. Favorece la digestión, evita el estreñimiento,  y está especialmente indicado para quienes no toleran la lactosa.

Aunque su principal y más grande virtud es la de equilibrar la flora bacteriana intestinal. Al consumir  kéfir, nuestro organismo transforma la flora intestinal putrefactiva, y la sustituye por los bacilos lácticos de propiedades antisépticas. A su vez produce una secreción antipútrida que se mantiene  después de la desaparición de los bacilos. Es decir; cambia la putrefacción, perjudicial para el organismo humano,  por la fermentación láctica. A su vez produce la síntesis vitamínica del complejo B, siendo una fuente importante de potasio, fósforo, calcio y vitaminas.

El kéfir colabora en reducir el colesterol. Es un eficaz laxante. Reduce el riesgo de contraer cáncer de colon. Regula el peso por lo que es muy recomendable en las dietas. Sirve para tratar problemas de la piel tales como los eccemas. Regula la presión arterial. Colabora a la hora de asimilar los alimentos. Ayuda en los estados de falta de sueño, ansiedad, y depresión. Se recomienda tomar kéfir cuando hay anemia.

Para disfrutar de todos estos beneficios del kéfir es importante tener mucho cuidado en su conservación y percibas cuando no se encuentre en un buen estado. Debes observar cualquier cambio en su textura, olor, o sabor. Si lo compras en alguna tienda, hay que estar seguros de su procedencia y de que cumple todas las reglas de calidad.

El kéfir natural es mucho mejor y conserva todas sus propiedades, no es lo mismo que el que venden en supermercados; por ello sería valioso si logras adquirirlo a través de alguna de tus amistades.  Si lo logras, no olvides pasarlo también a otra persona y mantener así viva una cadena de buena voluntad.

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